Historia de las Marcas: la historia de Monteverdi (Suiza)

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Historia de las Marcas: la historia de Monteverdi (Suiza)

Por Alejandro Franco – contáctenos

Permítanme decir una obviedad: Suiza no sólo fabrica relojes, ni vive exclusivamente de los bancos y la industria del chocolate. Por mas extraño que parezca Suiza ha producido un puñado de coches de alta gama en ediciones limitadas, cuyo diseño y prestaciones resultan admirables y hoy son objetos preciados por los coleccionistas. Y en el caso que ahora nos ocupa, hablamos de un vendedor de autos suizo que desarrolló un puñado de coches de alta gama de calidad y elegancia envidiables. Esta es la historia de Peter Monteverdi (1934 – 1998).

Monteverdi MBM SP-100 de 1960

En los años 50 Monteverdi vendía autos y había conseguido la representación de Ferrari, Rolls Royce y Bentley en Suiza. Animado por el buen estado de sus finanzas decidió crear una marca – la MBM o Monteverdi Basel Motoren – y se dedicó a construir coches de Fórmula Uno. No le fue bien, pero ello no lo desanimó para seguir fabricando autos de carreras, esta vez a pedido y para distintos tipos de categorías. Así es como terminó desarrollando este MBM SP-100 (1960) para la escudería Ecurie Baloise HOBA. Con un motor de 1.1 litros no parece suficientemente amenazante o poderoso, salvo por el hecho que la carrocería apenas pesaba 425 kg y tenía 100 HP.

Monteverdi 375L (1968)

Ya para los finales delos 60 Monteverdi ofrecía coches con su propia marca y se despachó con está cupé Monteverdi 375L diseñada por Fissore. Hubo una versión previa diseñada por Frua (mucho mas deportiva), pero Monteverdi se sintió mas cómodo con Fissore (con quienes trabajó durante el resto de su carrera), adoptando para el 375L un perfil mas sobrio que hace acordar muchísimo al Aston Martin DBS de 1968. Como era  costumbre en aquella época, muchos carroceros europeos de alta gama utilizaban motores americanos para sus coches de super lujo y el Monteverdi 375L no era la excepción, siendo impulsado por un motor Chrysler V8 de 7.2 litros. Los Monterverdi High Speed 375 se fabricaron entre 1967 y 1976, siendo producidos en pequeñas cantidades (menos de 100 por año) y eran armados a gusto del cliente, llegando incluso a fabricarse una versión sedán llena de lujos que era utilizada habitualmente como limusina.

Monteverdi Safari

Aparte de coches de lujo Monteverdi se dedicaba a las SUV, y ése es el caso del Monteverdi Safari que fabricó entre 1976 y 1982. La base del Safari era el Scout de International Harvester, un utilitario sólido pero de medio pelo que se vendía muy bien en el mercado norteamericano. Fissore maquilló la carrocería y la llenó de lujos, haciéndolo un modelo de alta gama en el naciente mercado de las SUV en Europa. Aunque la Range Rover se terminó devorando el mercado de SUVs, la Monteverdi Safari se vendió muy bien para sus modestos objetivos. Se ofrecía con tres motores a elección: un Chrysler 5.2 litros, el original de International Harvester de 5.7 litros, y el clásico Chrysler 7.2 L que se usaba en el Monteverdi 375L.

Monteverdi Sierra

La decadencia de Monteverdi comenzó al mismo tiempo que la Chrysler entró en crisis. Muchos de los coches del suizo estaban basados en Chryslers o en sus motores. Cuando la Chrysler adoptó una linea mas conservadora, Monteverdi se vió obligado a reconvertir un mediocre Plymouth Volaré en el Monteverdi Sierra en 1977. La carrocería de Fissore seguía siendo elegante pero el estilo estaba comenzando a mostrar su antigüedad. El Sierra era una especie de Frankenstein elaborado con partes de otros coches – faros delanteros de Fiat 125, opticas traseras de Renault 12 -. El Monteverdi Sierra no se vendió muy bien y el suizo haría su jugada final en 1980, intentando subir de nivel y recuperando terreno perdido con el…

Monteverdi Tiara

Monteverdi Tiara, el cual no tiene manera de disimular que está basado en un Mercedes Benz W126 (o 380 SE) de 1982. Estilísticamente no convencía a nadie y para colmo, conservaba casi intacto el interior del Mercedes en que se basaba. Considerando que se ofrecía al doble de precio de un Mercedes Benz clase S, el Tiara resultó un rotundo fracaso y arrastró a la Monteverdi a la quiebra. Solo tres unidades se produjeron entre 1982 y 1984.