Historia de las Marcas: historia de De Tomaso (Argentina / Italia)

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Historia de la marca De Tomaso (Argentina / Italia)

Por Alejandro Franco – contáctenos

La historia argentina es una continua caja de sorpresas. Sobre todo cuando uno habla de la época de las dos primeras presidencias de Perón (1946 – 1955), donde ocurrieron las cosas mas disparatadas, sean proyectos faraónicos, futuristas, improvisados u obras de porte que aún se mantienen en el presente. Desde el caza Pulqui hasta la creación de la industria pesada y siderúrgica, desde el fallido Monumento al Descamisado (posteriormente mutado a Mausoleo de Evita, y nunca concretado), hasta el surgimiento de marcas fantasmas de automóviles, desde la inmensa estafa que fue el proyecto Huemul de energía atómica ilimitada hasta la creación del Rastrojero Diesel y otros íconos de una industria automotriz en ciernes. En términos industriales, había tanto entusiasmo como improvisación, y hubo tanto despilfarro de dinero como falta de criterio para respaldar proyectos serios y de porte. En términos políticos el Peronismo siempre fue una fuerza de la naturaleza destinada a separar las aguas, dotada de una arrogancia feroz que terminaba por generar odios y resentimientos en todos lados. Tras la salida del poder Perón ejercería una influencia orbital sobre el destino del país (participando de manera directa o indirecta, aprobando o desaprobando partidos, candidatos y aliados y, por último, metiéndose en ese berenjenal sangriento que fueron los años 60 y 70, dando guiños a sectores violentos y antagónicos con tal de recuperar el poder a toda costa, cosa que haría de manera efímera y sumiendo a la Argentina en la crisis mas profunda y la dictadura mas sangrienta de la historia moderna), afectando su existencia de manera profunda e irrevocable.

En toda esa caterva de locuras y anécdotas coloridas relacionadas con el albor del desarrollo industrial durante el primer peronismo (¿se acuerdan de Piero Dusio, que dejó una marca de autos de lujo fundida en Italia, vino a Argentina a montar AutoAr, cobró un millonario adelanto que usó para que la familia Porsche le desarrollara un modelo de Fórmula Uno – que nunca pudo despegar porque se precisaba una ponchada de dinero para mantener una escudería en la F1 -, y esa plata se usó para liberar a Ferdinand Porsche del secuestro extorsivo que le habían hecho las autoridades francesas porque sus industriales no querían que desarrollara un VW Escarabajo en territorio francés?), aparece la historia del hombre que nos ocupa, un playboy de alto abolengo que terminó huyendo hacia Europa después de haber fallado el complot para derrocar a Perón en el que había participado; pero dicha desgracia terminaría por cambiarle la vida de manera radical y lo convertiría en uno de los empresarios automotrices mas poderosos del viejo continente.

Esta es la historia de Alejandro de Tomaso, y de la firma de autos deportivos que fundó en Italia y compitió cara a cara con Ferrari  por el selecto mercado de cupés deportivas de alta gama.

Playboy de estirpe

Alejandro de Tomaso provenía de una familia acaudalada conformada por su padre – un político que estuvo en el gobierno de Agustín Pedro Justo (1932 – 1938) como ministro de Agricultura – y su madre, la heredera de una potentada familia española. Estudió Economía y llegó a incursionar en el periodismo escribiendo notas especializadas para diarios de la época. La leyenda cuenta que fue compañero de estudios de Ernesto Guevara, años antes de que se transformara en el Che.

Como el resto de su familia, de Tomaso tenía una formación política conservadora y, en el caldeado clima político de los años 50, se convirtió en un acérrimo antiperonista. Debido a los contactos de su familia pronto estuvo participando en círculos reaccionarios, con lo cual pronto se vió involucrado en una serie de fallidos intentos de derrocar a Perón durante 1955. Debido al fracaso de la asonada, de Tomaso se vió obligado a salir pitando del país, huyendo hacia Uruguay en su avioneta personal y portando dos valijas cargadas de dinero. De allí se iría a Italia donde estaba su abuelo, y pronto entraría en contacto con la alta sociedad europea. Se radicaría en Modena y pronto se casaría con una rica heredera norteamericana, Elizabeth Haskell, la que era nieta de uno de los fundadores de General Motors. Debido a su pasión por los autos comenzaría a incursionar en la Fórmula Uno como piloto, y aunque su carrera como corredor fue un fracaso – no llegó a sumar puntos para el campeonato mundial -, pronto terminaría echando raíces en la industria. En 1959 fundaría De Tomaso Spa en Modena – el logo de la marca sería una bandera argentina con el símbolo que usaba su familia para marcar el ganado en sus estancias – y, utilizando sus contactos ganados en la F1 así como la influencia de su esposa en la industria, comenzaría a tomar pedidos para construir coches de carrera y prototipos para las grandes marcas.

De Tomaso Vallelunga

Un De Tomaso Vallelunga, el primer coche de calle que fabricó De Tomaso entre 1963 y 1968. Como muchos carroceros europeos, el argentino le puso el motor tuneado de un coche de calle y en este caso se trataba del engine de un Ford Cortina.

No pasó mucho tiempo antes de que De Tomaso se convirtiera en un jugador importante en la industria automotriz italiana. La calidad de sus vehículos le valió un contrato con Frank Williams para construir un lote de coches de Fórmula Uno en 1970. Pero sus autos deportivos ya tenían un gran prestigio, comenzando por el De Tomaso Vallelunga que produjo entre 1963 y 1968. Bajo su carrocería de diseño futurista yacía el motor de un Ford Cortina y tenía carrocería de aluminio. El escaso peso del coche y el motor tuneado permitía que el Vallelunga alcanzara los 215 km/h.

Mientras de Tomaso tomaba proyectos de otras marcas y lanzaba el Vallelunga, la marca comenzó a hacer movidas financieras importantes con lo cual fue consolidándose como uno de los grupos industriales mas importantes de Italia. Adquirió Carrozería Ghia y mas tarde Vignale; se hizo con el control de motos Benelli y Moto Guzzi, tomó la dirección de Innocenti (una subsidiaria de British Motors Company creada para fabricar BMC Minis en Italia) y en 1975 llegaría a la cúspide con la adquisición de Maseratti, firma para la cual corrió durante sus años de piloto. Incluso participaría de la embestida que mantuvo Ford contra Ferrari durante los años 60 y 70 – Ford quiso adquirir la firma italiana y Enzo Ferrari se negó a último momento ya que descubrió en el contrato de compra que no tendría el control de la empresa, un desacuerdo que terminaría desatando una guerra entre ambas marcas y culminaría con la producción del Ford GT40 (un coche que le daría pérdidas enormes a los norteamericanos pero que serviría para vencer numerosas veces a Ferrari durante varias ediciones de las 24 Horas de Le Mans) -, desarrollando el De Tomaso Mangusta con motores Ford V8 americanos (de 4.7 y 5 litros según la edición). El Mangusta sería el coche mas vendido de De Tomaso hasta ese momento, con 410 unidades producidas entre 1967 y 1971.

Pero el gran éxito del argentino sería el De Tomaso Pantera, del cual fabricaría 7.000 unidades entre 1971 y 1993. Potenciado por un motor Ford V8 de 5.8 Litros, llegaba de 0 a 100 km/h en 5.5 segundos. Debido al generoso contrato que tenía De Tomaso con Ford, llegó a ofrecerse en los Estados Unidos a través de la vasta red de concesionarios de Mercury y Lincoln, marcas de élite del gigante norteamericano.

Comienzo de la decadencia

La caída del contrato de distribución con Ford en 1975 supuso un duro golpe a De Tomaso. Los Panteras seguían vendiéndose pero en cantidades muy menores y por distribuidores independientes en territorio norteamericano. Para ese entonces De Tomaso ya había empezado a achicarse; le vendió Ghia a Ford en 1973 y, con una producción cada vez mas esporádica, terminaría por deshacerse de Innocenti y Maseratti, vendiéndoselas a Fiat en 1993. Ya para 1994 De Tomaso producía el Guará, el cual estaba basado en el prototipo Maseratti Barchetta. Si bien el Barchetta era un auto de competición, con unos pocos ajustes y una carrocería mas standard se podía convertir rápidamente en un auto de calle. El Guará se fabricaría entre 1994 y 2004, y sería el último proyecto de importancia de la marca. Apenas 50 se produjeron en 10 años.

De Tomaso Pantera

Un De Tomaso Pantera de 1987. El modelo mas vendido de la marca – gracias a ser ofrecido en concesionarios Ford en todo Estados Unidos – con cerca de 7.000 unidades producidas.

Lo que siguieron fueron malos emprendimientos y proyectos abortados. De Tomaso entró en sociedad con la pequeña firma italiana Qvale para producir el Biguá, una pequeña cupé de lujo; pero las relaciones entre ambas compañías se quebraron (Qvale financió el grueso del proyecto ya que De Tomaso tenía problemas económicos) y Qvale terminó produciendo el coche por su cuenta – renombrándolo Qvale Mangusta – entre 2000 y 2002 sin mucho éxito. El último disparo de De Tomaso sería un intento de producir una 4×4 en sociedad con la rusa UAZ, pero el proyecto no terminó de despegar y De Tomaso entraría en liquidación en el 2004. Su fundador no vería la decadencia de su marca ya que Alejandro de Tomaso – enfermo desde 1993 – fallecería en el 2003.

Lo que siguió fue un camino lleno de obstáculos para intentar resucitar la marca; en el 2009 el empresario Gian Mario Rossignolo adquirió la marca y propuso un plan de producción ambicioso con la intención de producir 8.000 unidades anuales – entre cupés y limusinas -; pero la financiación se cayó y Rossignolo terminaría siendo arrestado por desvío de fondos ya que parte de la operación fue costeada con fondos del estado italiano. La marca quedaría vacante en el 2012 y recién sería recomprada en el 2015 por un consorcio chino – el Ideal TeamVenture – el cual planea usar el nombre De Tomaso (y el de sus míticos modelos) en una futura producción de coches en el mediano plazo.

Hoy en día De Tomaso ha resucitado fugazmente gracias a que una firma independiente, ARES Design, planea recrear artesanalmente una serie de coches legendarios de los 60 y los 70 y, entre ellos, se encuentra el De Tomaso Pantera. Esta edición limitada contaría con motor Lamborghini. Un sentido homenaje para el coche mas importante que produjera la marca,  legado de un argentino que escapó de la furia de Perón hace mas de 60 años y que llegara a construir un pequeño imperio en el viejo continente.

Qvale Mangusta

El disparo del final: comenzó como De Tomaso Biguá (en sociedad con el pequeño carrocero Qvale), pero ya las finanzas de la empresa iban mal y Qvale se cansó de financiar a la firma de Modena. Terminaría rompiendo la sociedad y generando el modelo ellos solos, el que se vendería como Qvale Mangusta entre 2000 y 2002, con apenas 284 unidades producidas.