Autos de Culto: Historia del Dodge Challenger (Vanishing Point)

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Autos de Culto: Historia del Dodge Challenger (Vanishing Point)

Por Alejandro Franco – contáctenos

En Vanishing Point Barry Newman era Kowalski, un corredor de autos que debe transportar a un poderoso Dodge Challenger de una costa a la otra de los Estados Unidos; pero, en el trayecto, todo terminaba por trastocarse y el viaje terminaba convirtiéndose en una travesía existencial en donde Kowalski se redescubría a sí mismo, y – debido a su persecución constante por parte de las autoridades – se transformaba en un icono de la contracultura norteamericana.

Vanishing Point (o Carrera Contra el Destino, como se la llamó en castellano) era una película formidable y era indudable que se transformaría en un hit de culto. Y como tal, el Dodge Challenger de Newman pasó a engrosar la lista de los autos más venerados de la historia del cine. Como diría Quentin Tarantino – poniendo sus palabras en boca de sus personajes en el filme Grindhouse: A Prueba de Muerte – : “el Challenger de Newman era el corcel del héroe; es el caballo blanco de la historia del cine “.

Pero la adoración por el Dodge Challenger de Newman terminó siendo una consecuencia tardía desarrollada por las nuevas generaciones, quienes redescubrieron a la película en las continuas re-emisiones que se hacían en la televisión pública. La dura verdad es que en 1971 el filme pasó sin pena ni gloria y, lo que ahora nos resulta mas extraño, el Challenger tampoco era el coche más popular del momento (sino mas bien todo lo contrario).

Como una revancha de la historia, hoy redescubrimos al Dodge Challenger: un monstruo que llegó demasiado tarde a su propia fiesta.

Malvado, poderoso y formidable

En nuestra época actual – dominada por las computadoras que aceleran los tiempos de desarrollo y permiten ejecutar simulaciones virtuales – diseñar un auto desde cero es un proceso que demanda tres años. Imaginen hacer lo mismo, pero con la tecnología de 40 años atrás. No sólo se dependía del buen gusto y el estilo del diseñador, sino también de sus talentos en ingeniería y – lo más difícil de todo – la capacidad de anticipar cómo sería el mercado automotor de allí a unos años. Lo que hoy es aplicable, quizás mañana haya pasado de moda… o quizás las circunstancias del entorno cambiaron tanto que directamente desapareció el nicho para el cual fue concebido el producto.

Eso es lo que ocurrió con el Dodge Challenger, una entrada demasiado tardía en el género de los Pony Car, y quizás la supernova que marcó el fin de toda una era.

El Challenger comenzó a gestarse en 1965, cuando apareció el Ford Mustang el primero de toda una generación de “deportivos para la clase media”, a los que se les apodó Pony Cars – y terminó por sorprender a todos. La Chrysler respondió con el Plymouth Barracuda… pero la Dodge no tenía nada para ofrecer. El presidente de la Chrysler Lynn Townsend dió órdenes precisas de construir un nuevo “deportivo de clase media”, pero el mismo no debía basarse en el Barracuda. Así nació la primera versión del Dodge Charger la que estaba basada en la mecánica del Coronet – y, como consecuencia de su desabrido motor y chasis, terminó siendo un fracaso.

Después que saliera al mercado la segunda generación de Barracudas, la gente de la Dodge comenzó a pensar en un auto elaborado de cero que estuviera listo para 1970. Era un proyecto de vital importancia ya que el mercado de autos con aire deportivo se calentaba cada vez más. Aparecieron el Chevrolet Camaro, el Mercury Cougar, una remozada versión del Mustang, el Pontiac Firebird e incluso la AMC estaba por lanzar su mítico Javelin. Para ese entonces el 13% del mercado norteamericano de autos estaba compuesto por el recién descubierto nicho de los pony cars.

Esta vez la Dodge decidió seguir un camino diferente. Contradiciendo a Townsend, decidieron tomar buena parte de la mecánica del Barracuda y le pusieron un chasis más grande y fornido. Esto le dió espacio para poner un motor más potente (como el Hemi de 7.0 litros), y contribuyó a diferenciar el Challenger del Barracuda. El otro punto fue el styling de Carl Cameron (de la Dodge), que le dió un aspecto realmente agresivo. Además la Dodge decidió ofrecer el modelo con una enorme cantidad de opciones de pintura, accesorios, styling y motorización, lo que era inusual para el mercado norteamericano de aquel entonces. Difícilmente hayan salido de producción dos Challengers similares.

El Dodge Challenger salió a la venta en 1969, y la empresa estimaba (de manera muy optimista) unas 200.000 unidades vendidas en el primer año. Sin embargo algunos detalles de producción contrastaban con lo que figuraba en el tablero de ingeniería: los poderosísimos motores del Challenger se veían asfixiados debido al peso de la nueva carrocería, lo que terminaba por disminuir su perfomance. El Challenger era veloz… pero no tanto como había sido pensado.

La critica especializada no terminó de ser seducida por el recién llegado. Mala visibilidad interior, consumo disparatado de combustible (20 litros cada 100 km), y un costo algo excesivo. Los compradores también opinaron lo mismo, y el primer año 80.000 Challengers salieron de los concesionarios.

Pero en los 70 las cosas se comenzaron a poner feas para los pony cars y sus parientes más poderosos, los muscle cars. La ya consabida crisis del petróleo le dió una estocada mortal… pero también es cierto que contribuyeron a la caída las compañías de seguros, quienes comenzaron a exigir primas cada vez más caras para aquellos temerarios que eran dueños de autos super veloces.

Con el cese de la producción en 1974, el Dodge Challenger fue uno de los tantos que marcó el fin de una época. En su momento se lo consideró un coche mediocre… pero, con el correr de los años, comenzó a obtener su reivindicación. Primero llegó con el filme de culto Vanishing Point, en donde se transformó en el caballo blanco que cabalgaba un idealista (y donde se le daban oportunidades de sobra al Challenger para lucirse). Y después, con el incremento de los fans y el culto, la Dodge le daría una segunda oportunidad… con una versión 2008 totalmente modernizada que conservaba la fiereza de su personalidad. Quizás la revancha del Challenger haya llegado, esta vez para obtener el reconocimiento y la popularidad que realmente se merecía.

Dodge Challenger 1970 convertible

un hermoso Dodge Challenger 1970 convertible

DODGE

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