Volver al Indice – Historia de Autos de Culto
Por Alejandro Franco – contáctenos
Connery se va, regresa, pasa fugazmente un desconocido por el rol y la saga finalmente se asenta con la llegada de Roger Moore en 1973. Es la era del Lotus Esprit y de las acrobacias automovilísticas, y aunque Moore no tendría tantos coches memorables como Sean Connery, dejaría su marca en la serie.
(si desean saber mas sobre James Bond, los invitamos a visitar nuestro sitio El Servicio Secreto de Su Majestad http://www.portalarlequin.com.ar en donde revisamos todos los filmes de 007 así como sus antecedentes literarios e imitadores de la época)
Los Diamantes son Eternos (1971) – Ford Mustang Mach I
Al Servicio Secreto de Su Majestad (1969) no convenció a nadie y obtuvo una tibia taquilla; sumado a lo problemático que era su estrella, el novato George Lazenby (que tenía contrato para cinco películas mas y lo tiró por la borda embarcándose en una carrera en solitario que lo relegaría a películas serie B y Z!), los productores entraron en pánico y llamaron de regreso a Connery, pagándole un dineral por una película mas. El escocés estaba veterano y fuera de forma, pero decía las líneas como solo él podía hacerlo, y peleaba como los dioses. Los Diamantes son Eternos es la despedida oficial de Connery de la serie y cuenta con una movida persecución en las calles de Las Vegas, a bordo de un hermoso Mustang Mach I propiedad de su amante de turno, Tiffany Case. Las persecuciones automovilísticas nunca habían sido excitantes pero Peter Yates había creado una memorable en Bullitt (1968), y desde entonces todos tomaron nota del cineasta, aprendiendo cómo debía rodarse una persecución como la gente. El Mach I era una serie de alta performance de Mustang, que Ford fabricó entre 1968 y 1978. Venía con motores entre 4.9 y 7 litros, lo que lo ponía en la categoría de Muscle Car. El Mach I que maneja Connery en la película es la Segunda Generación, producida entre 1971 y 1973; ya el Mustang había aparecido figazmente en la serie (era el coche que manejaba Tilly Masterson en Goldfinger) pero nunca había tenido al agente 007 al volante. Es sin lugar a dudas uno de los coches mas recordados de la saga: el Mustang Mach I sería tan popular que aparecería en un montón de películas (de la época y posteriores), ya sea en Gone in 60 Seconds (era Eleanor, el auto principal del filme), Black Belt Jones y hasta se convirtió en el auto amado por Keanu Reeves en la película de culto John Wick.
El Hombre del Revólver de Oro (1974) – AMC Hornet
Tras la partida de Connery, por fin le llegó el turno a Roger Moore. El británico había sido candidato al rol en el primer casting de la serie en 1962, luego en 1969, en 1971 (hasta que recontrataron al escocés) y por fín en 1973 obtuvo el papel con 007 Vive y Deja Morir. En el filme, ambientado en Estados Unidos, era transportado a todos lados sea por agentes amigos o por los villanos. Recién Moore se pondría al volante de un auto en su segundo filme, El Hombre del Revólver de Oro (1974). El cómo aparece AMC en la película es uno de los mas flagrantes casos de ubicación de producto de la historia del cine. AMC apenas se ofrecía fuera de los Estados Unidos pero Bond, persiguiendo al villano del filme en Bangkok (un genial Christopher Lee), decide apelar al primer coche que tiene a mano y se mete en una concesionaria AMC (como si en Tailandia vendieran AMC!) robándose un Hornet y persiguiendo al AMC Matador cupé que conduce Lee. Por si fuera poco, los patrulleros de la policía local también eran AMC Matador, aunque en su versión sedán.
Por lejos lo mas recordado de la película es la pirueta que da Bond con su Hornet sobre un puente roto, volando y rotando 360 grados en el aire hasta aterrizar de manera segura al otro lado del río. Era la época en donde los stunts eran reales, no absurdos CGI que hacían cosas físicamente imposibles.
El Hornet fue una nueva plataforma con la que AMC experimentó en los 70, poniendo fin a la línea de autos económicos Rambler. Venía con motores desde 3.3 hasta 5.9 litros, y se usó como base para multitud de modelos de la marca, sea el Gremlin. el Concord y el Eagle. El Hornet se fabricaría hasta 1977 pero la plataforma se seguiría usando hasta 1988.
La Espía Que Me Amó (1977) (y Solo Para Sus Ojos – 1981) – Lotus Esprit
El Lotus Esprit fue el Aston Martin DB5 de la era Moore. Apareció en La Espía que me Amó (1977) plagado de gadgets – incluyendo la capacidad de volverse submarino, lo que dió pie a la escena mas famosa de la película – y se volvió extremadamente popular. Moore y Lotus repetirían la dupla en Solo Para Sus Ojos (1981), aunque allí la aparición del Esprit (versión Turbo esta vez) sería meramente nominal.
Inicialmente el Esprit fue uno de los tantos modelos (el otro es el Elite de 1974) creados para reemplazar la vieja generación de deportivos de la marca. El diseñador Oliver Winterbottom – que diseñó para Jaguar y TVR entre otras marcas – arregló una cita entre el pope de Lotus, Colin Chapman, y el diseñador italiano Giorgetto Giugiaro para discutir ideas, especialmente para adaptar a modo de calle el prototipo futurista que el italiano había creado para Maserati (el Boomerang). Aunque el primer modelo a escala no le gustó a Chapman (no era lo suficientemente aerodinámico), Giugiaro refinó el concepto y armó una versión a tamaño real sobre el chasis de un Lotus Europa, con resultados óptimos y siendo aprobado por el pope de Lotus. El Esprit salió a la venta en 1976 y, con diversas actualizaciones, se fabricaría hasta el 2004, dando a luz un total de 10.675 unidades producidas.
Octopussy (1983) – Alfa Romeo GTV6
Un detalle curioso de la era Moore es que muy pocas veces contaba con coche propio (como el Lotus Esprit). En su debut en 007 Vive y Deja Morir, viajaba de pasajero en taxis o coches del gobierno y, cuando no, destrozaba media Florida a bordo de lanchas de alta velocidad. En Moonraker (1979) prácticamente iba a pie a todos lados. Citar el Citroen 2CV de Solo Para Sus Ojos es un chiste. James Bond siempre se caracterizó por utilizar coches (propios o de terceros) de ultima generación, impresionantes y hasta prototipos. El Alfa Romeo GTV6 de Octopussy hacía las veces de coche invitado; Moore lo toma “prestado” durante cinco minutos para alcanzar un tren que se dirige a Berlín y que porta una bomba atómica que estallará en una base militar ubicada en el sector estadounidense de la ciudad… la excusa perfecta para que el villano – un demente general ruso – declare la Tercera Guerra Mundial.
El GTV6 fue uno de los tantos modelos de la serie Alfetta que Alfa Romeo construyó desde 1972 hasta 1987. En este caso es una versión fastback que, aunque estéticamente no estaba muy lograda (se la veía desproporcionada a pesar de que el diseño era de Giugiaro), traía un motor de novela: un 2.5 litros V6 con inyección electrónica que la prensa especializada alabó en su momento. La potencia del GTV6 lo haría ideal para las carreras, teniendo una larga lista de éxitos en rallyes en todo el mundo.