Volver al Indice – Historia de Autos Clásicos
Por Alejandro Franco – contáctenos
La Guerra Civil Española (1936 – 1939) había dejado devastada a la peninsula ibérica. Y, para colmo de males, el estallido casi inmediato de la Segunda Guerra Mundial sólo puso palos en la rueda al enorme y complejo proceso de reconstrucción de la república. La escasez abundaba, la industria estaba arrasada y, en cuanto a la industria automotriz, solo habían tibios e improvisados intentos de producir vehículos, la mayoría de los cuales entraban en la categoría de microcoches – autos minúsculos armados de manera casi artesanal y dotados de motores de motocicletas -. Solo la aparición de SEAT en 1950 daría pie a una industria automotriz seria, sólida y de crecimiento constante.
Es por todo ello que resulta curioso que, en los duros tiempos de la postguerra, el constructor español de camiones Pegaso se decidiera a experimentar, lanzándose de lleno al selecto mercado de coches de élite. El resultado serían dos de las mas exquisitas cupés creadas en los tiempos de la postguerra, dotadas de variedad de exóticas carrocerías, y con unas prestaciones dignas de un superauto.
Esta es la historia de las cupés Pegaso, una supernova que brilló con intensidad durante 7 años antes de ser extinguida por los recelos del régimen franquista.
Nace una estrella
Para los años 50 el jefe técnico de Pegaso era Wilfredo Ricart, un ingeniero que venía de la Alfa Romeo y que había diseñado para los italianos algunos de sus mejores coches de carrera. Ricart concibió a la nueva cupé como un ardid publicitario, un modelo de élite destinado a la exportación para demostrar la capacidad de la industria automotriz española. El gobierno le dió el visto bueno y pronto comenzó el diseño del Z-102.
Con 84 coches construidos de manera artesanal en el lapso de 7 años, es difícil que haya dos Pegasos Z-102 iguales. El que vemos es un prototipo construido por ENASA siguiendo los lineamientos originales de Wilfredo Ricart…
La base del proyecto era que el Pegaso Z-102 tendría una carrocería de aluminio y un motor de alta potencia (2.5 litros primero, y luego expandido a 2.8 L y 3.2 L, cuya performance le permitía alcanzar los 245 km/h y lo convertía en el auto mas rápido del mundo para aquel momento). El detalle mas curioso del Pegaso Z-102 es que, durante sus 7 años de existencia, empleó multiples modelos de carrocería que variaban su estética de manera radical. Ricart diseñó el modelo original construido en España, pero otras carrocerías fueron manufacturadas por Carozzeria Touring de Milán (que refinaban el modelo de Ricart), Saoutchik de Francia (que introdujo los cambios mas radicales de estética) , la gente de Serra e incluso un modelo prototipo creado por estudiantes de diseño de ENASA. Ello implicaba que, de una producción limitada, prácticamente no hubieran mas de 20 coches que tuvieran la misma estética. Un mismo coche, múltiples rostros, una misma calidad.
… los cuales fueron rearmados y pulidos por la gente de Touring, dando a luz este exquisito Pegaso Z-102 con lineas mas afines a los Aston Martin y otras cupés inglesas de la época….
El Pegaso Z-102 fue largado al ruedo de las carreras, pero los resultados iniciales fueron terribles. Recién en 1953 el Z-102 alcanzaría la gloria en el circuito de Jabbeke, Bélgica, rompiendo cuatro récords mundiales (previamente logrados por el Jaguar XK120).
La cupé Pegaso se había hecho de un prestigio y era hora de su siguiente iteración – la Z-103 -, la cual sería la última de su especie.
… y dejando el campo libre a los franceses de Saoutchik, quienes dieron a luz 18 unidades del Z-102 con un look impresionante y un acabado formidable.
Llega el Pegaso Z-103
Ciertamente el Pegaso Z-102 no estaba pensado para dejar ganancias, sino como para operar como artefacto publicitario de la renaciente industria automotriz española. Cuando Ricart anunció el Z-103, el gobierno español estaba mas ocupado en apoyar a la SEAT que a los experimentos de Pegaso.
Del Z-103 (aparecido en 1955) se construyeron apenas 4 unidades – tres para exhibición y una armada en 1962 con partes sobrantes -. La carrocería era Touring y se diferenciaba muy poco del Z-102 excepto por el motor de cilindrada a elección y que en su modelo mas potente llegaba a 4.7 litros. Pero Ricart se jubiló en 1957 y el franquismo aprovechó para bajarle la persiana el proyecto en base a las pérdidas (por unidad) que generaba, ordenando la destrucción de su matricería. Apenas sobreviven menos de 90 ejemplares de los Pegaso Z-102 y Z-103, auténticas joyas de estética y mecánica, y un fugaz vistazo a lo que la industria española podría haber sido si se hubiera dedicado a construir coches de lujo con la misma calidad que las prestigiosas marcas italianas.