Autos Argentinos: Pony cars criollos, Muscle cars argentos

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Autos Argentinos: Pony cars argentinos, Muscle cars argentinos

Por Alejandro Franco – contáctenos

El filme es Bullitt (1968). Steve McQueen encarna al teniente Frank Bullitt de la policía de San Francisco. Está investigando el asesinato de un testigo, un mafioso arrepentido que iba a dar testimonio contra el Crimen Organizado. A Bullitt lo vienen siguiendo un par de sujetos sospechosos en un enorme auto negro, el cual no es el vehículo más discreto del mundo. Decidido a sacarse las dudas, Bullitt toma coraje y va a encarar a los individuos. Y apenas lo ven, se dedican a escapar a toda velocidad. Así da comienzo a la persecución más famosa de la historia del cine. Un duelo entre dos de los autos más icónicos de la época que está filmado con una edición perfecta, sin música, a pura adrenalina y utilizando como banda sonora el atronador rugido de los motores de los coches involucrados.

Pero, aunque la cacería de Bullitt sea una escena brillante y memorable, no es la persecución más realista del mundo. El problema es que estos coches, aunque tienen una enorme potencia, no son comparables entre sí. Steve McQueen maneja un Ford Mustang GT 390 2 + 2 Fastback, el cual tiene un motor de 6.4 litros y 325 HP de potencia. Iba de 0 a 100 km/h en 6.3 segundos y tenía una velocidad máxima de 193 km/h. El Mustang GT entra dentro de la categoría que los americanos llaman Pony Cars.

En cambio el coche de los villanos es una bestia infernal. Un Dodge Charger 1968 440 Magnum RT con un motor V8 de 7.2 litros y 375 HP de potencia. Era más grande y potente que el Mustang en todo. Llegaba de 0 a 100 km/h en 6 segundos y su velocidad máxima era de 217 km/h. De hecho, para que el Charger no dejara atrás y a lo lejos al Mustang de Steve McQueen, el conductor de acrobacias Bill Hickman – que interpreta al asesino que maneja el auto negro – debía sacar el pie del acelerador de vez en cuando para que el otro coche pudiera alcanzarlo. El Charger estaba dentro de la categoría de los llamados Muscle Cars.

Los Muscle Cars sufrirían un golpe mortal con la Crisis del Petróleo de 1973, cuando los países árabes protestaron contra el apoyo norteamericano a los israelíes en la Guerra del Yom Kippur, y la primera medida que tomó la OPEP fue triplicar el costo del barril de crudo. A esto se sumó el exponencial incremento del precio de los seguros, que consideraban a los Muscle Cars como coches de carreras con permiso para circular en la calle. Todo esto devino en la extinción de los Muscle Cars tal cual se conocían en los 60. Mientras tanto los Pony Cars se seguirían fabricando, aunque con performances más modestas, y quedando reservados a unos pocos modelos de lujo. Terminarían por resucitar más tarde, en el año 2004, con todo esplendor y como vehículos para entusiastas.

La inmortal persecución de Bullitt (1968): pony car Ford Mustang versus muscle car Dodge Charger

La inmortal persecución de Bullitt (1968). No CGIs, no trucos baratos: solo dos máquinas infernales sacándose chispas sobre el asfalto. El drama con los coches involucrados es que su relación de potencia es dispar, y el Dodge Charger podía dejar atrás tranquilamente al Mustang GT de Steve McQueen si el conductor del Muscle Car negro (Bill Hickman, un stunt driver que hizo una parva de películas, como la persecución en Las Vegas del Ford Mustang Mach I del filme de James Bond de Los Diamantes son Eternos, 1971) pisaba a fondo el acelerador. Luego la división entre Pony Cars y Muscle Cars se disolvería con el tiempo, en especial con el revival del nuevo milenio cuando aparecieron la generación con estética retro del Ford Mustang, Chevrolet Camaro y, en especial, el Dodge Challenger… el cual en la versión SRT Demon podía dejar atrás tranquilamente a la Ferrari más rápida del año en que apareció (2017): de 0 a 100 km/h en 2.3 segundos y, en la versión extrema sin limitador de velocidad y neumáticos de alto rendimiento, podía llegar a los 320 km/h.

La Crisis de la OPEP de 1973 tuvo consecuencias en todos lados. En Europa muchos modelos de alta performance y gran consumo fueron cancelados – como el mítico Citroën SM, dotado de motor Maserati, considerado por muchos como “el mejor GT de la historia”… y cuya cancelación llevó a la quiebra a la legendaria marca francesa -. En Argentina, en cambio, los modelos americanos que fabricábamos desde finales de los años 50 quedarían marcados para su extinción, la cual sería lenta y le llevaría unos 10 años hasta terminar de desaparecer. 

Este es un recuento de los Pony Cars y Muscle Cars argentinos. Un puñado de coches selectos de alta performance que terminarían sobreviviendo hasta el día de hoy en las competiciones de Turismo Carretera, y en las manos de algunos afortunados coleccionistas.

Pony Cars criollos

Dependiendo de la época, el país, y las características de la industria automotriz local, el concepto de Pony Car cambia, e incluso va evolucionando con el paso del tiempo. En términos generales un Pony Car es un auto de dos puertas de aire deportivo, que mide menos de 5 metros de largo, y tiene un motor menor a 5 litros. Siguiendo los lineamientos del concepto original, el aspecto es más aparente que real, ya que la performance del motor no está optimizada. El Ford Mustang 1964 es el coche que funda la categoría. y de cuyo logo toma el nombre: un caballo salvaje galopando; el mustango corriendo a toda velocidad. Pero el Mustang no era más que un aburrido Ford Falcon de segunda generación dotado con una carrocería de aspecto excitante. Incluso la galería de motorizaciones, que van de los 2.8 litros a los 4.7 litros, son las mismas que las del Falcon. Lo único diferente son los extras de confort, ya que hay una gran variedad de ellos disponible a elección del cliente; y el precio, que es algo más alto que el de un Falcon: 2.500 dólares de la época el modelo base, frente a los 2.000 dólares que sale un Falcon standard de 1964.

El padre de la idea fue Lee Iacocca, vicepresidente de la Ford en aquel momento. Hombre de negocios avezado y un visionario de la industria, Iacocca sostenía que la gente compra autos no sólo para movilizarse sino como símbolo de status. Si a la clase media norteamericana le podía ofrecer algo que se viera sofisticado a un precio accesible, el vehículo se vendería como pan caliente. Eso fue lo que terminó pasando con el Mustang. Y ante el reclamo del público, la generación siguiente, que comenzaría en 1967, sí comenzaría a ofrecerse con auténticas opciones deportivas como el Mustang GT que Steve McQueen usaba en Bullitt.

Casi de inmediato, cada fabricante de autos norteamericanos se dedicó a diseñar su propio Pony Car. Así aparecieron el Chevrolet Camaro, el Plymouth Barracuda, el Pontiac Firebird, el AMC Javelin, y muchos otros más.

Si consideramos las características del género, los modelos cupé del Torino y el Chevy Nova son los únicos pony cars argentos que entran en la categoría. 

Un Torino GS, presentado en una expo en París, 1972.

Un Torino GS, presentado en una expo en París, 1972. Era el reemplazo de la versión 380 y estaba optimizado al punto de ser el primer coche de fabricación nacional capaz de llegar a los 200 km/h.

Sólo citaremos a la versiones más potentes de cada modelo. El Torino GS, que se fabrica entre 1970 y 1976, es el más potente de todos los Torinos fabricados y viene con un motor Tornado SuperPower de 3.7 litros y 215 HP, llegando a los 200 km/h.

El otro Pony Car de la lista es el Chevy, que se fabrica hasta 1978. La cupé Serie 2 viene con motor 4.1 litros de cilindrada y trae 170 HP de potencia. 

Eso no quita de que, aunque sean sedanes, el resto de los compactos norteamericanos que se fabrican en Argentina no puedan ser tuneados y entren la categoría de Pony Cars criollos. Siempre nombrando a las versiones más potentes de cada modelo, comenzaremos por los Valiant III GT de 1964, los que vienen con el motor Slant Six de 3.7 litros y 180 hp. Luego están los Chevrolet 400 Super Sport y Super De Luxe de 1968 con motor de 4.1 litros y 155 HP. Y luego le siguen los Ford Falcon: el modelo 221 Sprint, aparecido en 1970, viene con 3.6 litros y 166 HP. 

Todos estos modelos terminarían corriendo en Turismo Carretera, con su performance ampliamente mejorada por los mecánicos especialistas del rubro.

Muscle Cars criollos

Mientras que los Pony Cars nacieron como espuma publicitaria y, con el tiempo, se convirtieron en deportivos de raza, los Muscle Cars fueron diseñados desde su origen para brindar una auténtica performance de coche de carreras.

El autor de la idea es John DeLorean (sí, el mismo que fabricó en solitario el DMC-12 de Volver al Futuro), un asistente de ingeniería de General Motors, al cual se le ocurre la idea de tomar el chasis de un auto grande y ponerle un motor enorme de alta performance. En 1964 nace el Pontiac GTO, el cual es considerado el primer Muscle Car moderno aunque desde los años 50 los fabricantes norteamericanos venían ofreciendo, de vez en cuando, ediciones limitadas de autos de calle con motores altamente tuneados para las drag race.

Dodge GTX - muscle car argentino

Un Dodge GTX. Con un motor V8 de 5.2 litros y 230 HP. Era enorme (en todo sentido) y potente, pero el motor no estaba tan optimizado como el Tornado Superpower del Torino GS, por lo que llegaba a apenas (!) 192 km/h.

El Pontiac GTO define los parámetros de los futuros Muscle Cars: tener más de cinco metros de largo, motores V8 de más de 5 litros de cilindrada, y potencia superior a los 200 HP. Para tener una idea el GTO modelo 1965 venía con motor de 6.4 litros y 360 HP. Salía unos 4.500 dólares de la época. Tal como pasó con el Mustang, le salen al cruce Muscle Cars de la competencia: el Dodge Charger, el Ford Torino, el Plymouth GTX y el AMC Rebel entre otros.

Si en la Argentina hay varios modelos que entran en la categoría de Pony Cars, sólo hay un coche que entra en la categoría de muscle car, y es el Dodge GTX. La primera generación que va de 1970 a 1971 usa un motor Slant Six de 3.7 litros, que es el mismo del Valiant III. Pero la segunda generación, de 1971 a 1979, usa un auténtico motor V8 de 5.2 litros y 230 HP; y si le sumamos el tamaño y la performance, el GTX rinde como un Muscle Car de gama media. Mide 5 metros de largo, y llega con facilidad a los 192 km/h.

Pero, por supuesto, uno puede retocar uno de los sedanes más grandes de la época y convertirlo también en un Muscle Car. Después de todo el norteamericano Ford Torino Cobra de 1968 era un Muscle Car, y no era más que la versión cupé del Ford Fairlane que se fabricaba en Argentina. El motor más potente con el que venía el Fairlane argentino era un V8 292 Fase 2, con potencia de 185 hp y cilindrada de 4.8 litros, que es una adaptación de los motores que Ford usaba en las camionetas F-100 de la época.

Los GTX y los Fairlanes adaptados terminarían también en el Turismo Carretera. Sin embargo, debido a su supremacía en las competiciones, la autoridad supervisora terminaría por vetar los motores V8 del Turismo Carretera a finales de los años 80, sacando a los GTX y Fairlanes de la competición. Dodge tendría que competir con el GT con motor Slant Six, a la par de Falcons, Torinos y Chevrolets.

CHEVROLET

Artículos publicados en el portal sobre esta marca: Historia del Chevrolet Camaro – Historia del Chevrolet Charrúa (comentada en Autos de Culto / Autos Uruguayos) – Historia del Chevrolet Corvair – Historia del Chevrolet Corvette (2da Generación) – Historia del Chevrolet Chevy. El Chevy Serie 2 es mencionado en nuestro artículo Pony Cars criollos, Muscle Cars argentos.

DODGE

Artículos publicados en el portal sobre esta marca: Historia del Dodge 1500 (en sección Autos Argentinos) – Historia del Dodge Polara (en sección Autos Argentinos) – Historia del Dodge Charger – Historia del Dodge Challenger – en la sección Selección de Autos Argentinos del Ayer (III) hablamos de la pickup 4×4 Eniak Durango, basada en la mecánica del Dodge 1500 / VW 1500. El Dodge GTX es mencionado en nuestro artículo Pony Cars criollos, Muscle Cars argentos.

RENAULT

Artículos publicados en el portal sobre esta marca: Historia del Renault 12 (en sección Autos Argentinos) – Historia del Renault Gordini (en sección Autos Argentinos) – Historia del Renault Torino (en sección Autos Argentinos) – Historia del Renault 4CV – Renault 4S / Mini 4 (en Autos de Culto / Autos Uruguayos) – Ultra SP (basado en el Renault Alpine A108) (en Autos de Culto / Autos Uruguayos). El Torino GS es mencionado en nuestro artículo Pony Cars criollos, Muscle Cars argentos.