Volver al Indice – Historia de Autos Argentinos
Por Alejandro Franco – contáctenos
Para los argentinos el Fiat 600 es el sinónimo del primer auto: tenía un costo más que accesible y era muy barato de mantener. Durante 22 años el 600 (y todas sus variantes) rodaron por las rutas argentinas, y las 300.000 unidades vendidas a lo largo de toda su historia dan fe de la popularidad del vehículo.
He aquí la historia del fitito, uno de los autos más venerados de la industria nacional.
Los duros tiempos de la post guerra
Europa aún vivía momentos duros en la década del 50. Si bien las carestías estaban a la orden del día, la gente – saturada por el esfuerzo de contribuir a la reconstrucción de las economías nacionales – comenzaba a demandar ciertos niveles mínimos de comodidad. El primero de ellos era la posesión de un auto, lo cual resultaba harto complicado en cuanto a los costos de compra y mantenimiento en una época en donde el combustible se consideraba un artículo de lujo.
Los alemanes dieron el primer paso en la construcción de autos baratos y de bajo consumo, sembrando la semilla de lo que – décadas mas tarde – se conocerían como city cars: vehículos con capacidad para cuatro personas, pequeña envergadura y motores no mayores a los 1.000 cc. De hecho muchos micro cars de la época – como el Isetta y el Messerschmitt KR175 – estaban dotados de motores de motocicletas adaptados a pequeños chasis que tenían capacidad para dos personas como máximo.
Pero entre todos esos constructores de autos económicos el rey sin dudas era Volkswagen y su modelo Escarabajo, el cual había comenzado a tener gran suceso en el mercado norteamericano. Muy pronto surgieron otros fabricantes europeos dispuestos a imitar el modelo de negocios de laVW.
Uno de ellos fue la Fiat, quien se despachó con el 600 – diseñado por Dante Giacosa – en 1955. El vehículo seguia el patrón del Beetle – cuatro asientos, motor trasero, dos puertas, interior espartano -, con la diferencia de que su pequeño motor de 633 cc estaba refrigerado por agua. El auto pronto demostró ser un suceso, llegando al millón de unidades vendidas en 1961 en su Italia natal. Mientras tanto – y como era habitual con la Fiat – el modelo comenzó a ser fabricado en distintas partes del globo, ya fuera bajo la égida de la firma italiana o mediante la venta de la matriceria a contrapartes extranjeras. Hubieron versiones germanas y yugoeslavas del 600 y, en España, la filial local SEAT se despachó con su tanda de variantes, llegando incluso a diseñar una de cuatro puertas.
En Argentina el 600 desembarcó en 1960. Pronto evolucionó a las versiones D, E, F, R y S, la última de las cuales se produjo entre 1976 y 1982, y tenía una cilindrada de 843 cc.
Mientras que en Argentina fue objeto de culto, en Europa el 600 comenzó a ser eclipsado por su variante el Fiat 500, surgido en 1957. El 500 era prácticamente similar, con la diferencia que tenía un motor refrigerado por aire, el cual presentaba menos inconvenientes con el sobrecalentamiento que el 600 standard. Ciertamente el Fiat 500 comenzó a devorar el mercado del 600, y Fiat pronto lanzó numerosas variantes del mismo – una mini fugoneta, otra con techo removible, y hasta versiones deportivas revisadas por Abarth -. Por último el 600 tendría un digno sucesor en el Seicento (1998 – 2010) y, para el 2007, el 500 sería relanzado como cupé de lujo, en una versión que se continúa fabricando hasta el día de la fecha.