Volver al Indice – Historia de Autos Argentinos
Por Alejandro Franco – contáctenos
Es posible que el principio de los años 60 marquen la etapa más oscura de la Chrysler, uno de los tres grandes de Detroit y uno de los fabricantes más importantes del mundo en materia de automóviles. Fueron años de oscuridad y pérdida de rumbo, en donde los directivos de turno tomaron las decisiones más desastrosas de la historia de la compañía y la llevaron al borde de la ruina.
Tomemos por ejemplo la historia del Valiant, un modelo diseñado por Chrysler para hacerle frente a la recesión surgida a finales de los años 50. Porque, si bien era un coche compacto sólido y confiable, el manejo posterior de la idea que hizo la Chrysler hizo temblar los cimientos de la compañía y sumió a sus divisiones en una amarga guerra intestina que sólo pareció aplacarse con el cierre de la Plymouth en el 2001, durante la mentada unión con la Daimler Benz.
La gran recesión de finales de los 50 y el nacimiento de los compactos
A finales de los años 50 las cosas no pintaban bien en Norteamérica. La administración Eisenhower se topó con una dura e imprevista recesión que terminó por dar por tierra el auge económico de la reconstrucción de la postguerra. Pero la gente estaba cansada de sacrificios y no estaba dispuesta a resignar su status de vida debido a la compleja situación económica del país. En semejante contexto surgieron los autos compactos – coches pequeños, económicos y con capacidad para cuatro personas – que sirvieron como paliativo hasta la llegada de tiempos mejores. Los primeros en establecer la norma fueron el Volkswagen Escarabajo y el AMC Rambler, quienes comenzaron lentamente a engrosar listas de ventas a medida que pasaban los años y el público asimilaba la idea.
Pero no pasaría mucho tiempo antes que los tres grandes de Detroit quisieran desembarcar en el mercado de los compactos – a final de cuentas la recesión afectaba a todos y los modelos que estaban ofreciendo los grandes estaban acumulando polvo en las concesionarias -. Para principios de los 60 cada uno de los gigantes había logrado desarrollar su propio compacto: Ford tenía el Falcon, la GM el Chevrolet Corvair, y la Chrysler haría lo suyo con el Valiant, un modelo al cual le tenían tanta fe que pensaron en establecerlo como una marca extra que se sumaba al conglomerado.
Mientras que el Valiant no dejaba de ser un coche mediano motorizado de manera tradicional (tenía un motor delantero de 2.8, el famoso Slant Six que disponía de potencia más que adecuada para el peso y tamaño del auto que debía impulsar), por otra parte era innovador en cuanto a la estética. No se parecía en nada a ningún otro modelo de la Chrysler e, incluso, parecía el fruto de algún diseñador europeo. En realidad el Valiant habia salido de los bocetos de Virgil Exner, uno de los propulsores del diseño con aletas que se había hecho popular en la industria del automóvil norteamericano de mediados de los años 50 – y cuya inspiración provenía de la industria aeronáutica -. Las aletas del Valiant lo hacían ver futurista y aerodinámico, amén de hacerlo parecer mucho mas grande de lo que realmente era.
En Octubre de 1959 el Valiant debutó en las concesionarias. En muchos aspectos era superior a sus competidores – buena parte de su chasis estaba compuesto de piezas de aluminio (como los adornos y la parrilla), lo que redundaba en un coche más liviano y ágil de soportar para el motor; era potente y consumía poco, y tenía espacio para seis adultos cómodos -, pero la estética era demasiado peculiar en comparación a los más tradicionales Falcons y Corvairs. Por ello la gente prefirió otros coches con un diseño más tradicional, relegando al Valiant al final de la cola, incluso por debajo de las ventas del Rambler American.
Comienzan los errores de criterio
Ciertamente el Valiant exhibía potencial, pero los números tibios de ventas pronto desataron cortocircuitos de todo tipo y color dentro de la Chrysler. Habia vendido 194.000 unidades, las que quedaban chicas frente a las 435.000 del Ford Falcon y las 250.000 del Chevrolet Corvair. El primer reclamo fue contra el diseño de Virgil Exner, razón por la cual el contorno del Valiant fue standarizado de urgencia para 1962, y la nueva estética pronto sirvió para repuntar sensiblemente las ventas del coche.
Pero, de algún modo, la gente de la Chrysler creyó haber descubierto una veta de oro en el Valiant y pronto comenzó una amarga lucha intestina que terminaría – con el tiempo – lastimando seriamente las finanzas de la empresa. Plymouth – cuyas ventas de la década pasada habían servido para expandir el poderío de la Chrysler – comenzó a reclamar la titularidad del compacto, aduciendo que si el modelo quedaba asociado al nombre de una marca reconocida ganaría efectividad comercial. Los directivos aceptaron la propuesta, y los números mejoraron, lo cual terminó de abortar el proyecto de Valiant como marca independiente. Pero, a medida que las ventas del Valiant crecían, salieron a la luz los celos de la Dodge – la otra marca fuerte de la Chrysler -, quienes reclamaron su propio compacto. Sin poder económico para diseñar de apuro otro coche similar, la Chrysler no tuvo peor idea que hacerle un lavado de cara al Valiant y ofrecerlo como Dodge Lancer, con mayor lujo y mejores prestaciones, algo que despertó la ira de la Plymouth.
Pero si toda esta locura no fuera suficiente – con las crecientes ventas del Lancer depredando los números del Valiant -, a la Chrysler se le ocurrió que su próximo mercado debía ser el de los compactos, razón por la cual comenzó a reducir de tamaño todos sus modelos para hacerlos parecidos al Valiant. Para mediados de la década las ventas del grupo Chrysler habían descendido un 30%, y las razones del desastre residían en un error garrafal de criterio: los norteamericanos querían coches de seis plazas y no estaban dispuestos a sacrificar espacio y confort a cambio de economía de consumo y precio barato de adquisición. Los compradores de compactos eran aún una minoría – creciente y con potencial, sin dudas – pero faltaba mucho para que se transformaran en una corriente importante dentro del mercado. Quizás el mayor problema del “achicamiento masivo” de la Chrysler sea que semejante decisión cayó en el momento menos adecuado; si la Chrysler hubiera probado fabricar coches compactos una década mas tarde – con la crisis del petróleo de principios de los años 70, la cual desató el boom de los autos importados japoneses – quizás la suerte hubiera sido distinta.
Todo esto culminó con una serie de contramarchas y cambios de último momento, aunque el daño de ventas e imagen estaba hecho. Por su parte el Valiant sobreviviría la polémica – a final de cuentas, el coche era bueno y no tenía la culpa de los errores de criterio de sus fabricantes -, fabricándose hasta 1976, e incluso serviría de base al Barracuda, el muscle car que produciría Plymouth a mediados de los años 60.
El Chrysler Valiant en Argentina
Conocido como Valiant V-200, desembarcó en noviembre de 1961, pensado para competir con el Chevrolet 400 y el Rambler. Venía con una cilindrada de 3.687 cm3 (el famoso Slant Six) y vendió cerca de 4.500 unidades entre 1962 y 1963. Ya para 1964 sería reemplazado por el Valiant III, el cual no era más que el Dodge Dart 1964 re-marcado localmente por Chrysler, coche que seguiría en producción hasta 1966 y que se despacharía con 25.000 unidades vendidas a lo largo de sus tres años de fabricación. Pero esa, ya es otra historia.