Volver al Indice – Historia de Autos de Culto / Por Alejandro Franco – contáctenos
Europa arrasada hasta los cimientos por el paso de la Segunda Guerra Mundial. Una sociedad civil sufrida que se esfuerza por emerger de las cenizas, removiendo escombros y cadáveres, intentando recuperar la rutina que tanta falta hace después de tanta carnicería. Pero los materiales y combustibles escasean y el hombre, en su afán a aferrarse a cualquier cosa – por provisoria que fuera – que le recupere el sabor a civilización extinguido durante años de barbarie, decide aceptar todo tipo de soluciones improvisadas. Es la era de los microcars, esas cupés de bolsillo construidas con motores de motocicleta, muchas de las cuales perecerán al cabo de unas pocas unidades producidas. Ya hemos conocido aquí algunas de las mas famosas y mejor diseñadas – desde el Isetta hasta el Fuldamobil -, pero corresponde chequear esos experimentos fallidos que quedaron por el camino, vehiculos de apariencia bizarra cuya imagen quedará impregnada en nuestra memoria por el resto de nuestros días.
el Nami 450 Belka fue un prototipo fabricado por el Instituto Nacional del Automóvil en Moscú en 1956. Buscaban algo parecido al Isetta, con capacidad para 4 personas y un modesto motor de 756 cc. Como el Isetta la parte frontal se abría (en este caso, se inclinaba para abajo como una cabina de camión) para permitir el acceso al conductor y un pasajero; el resto de los pasajeros utilizaba las puertas laterales de diseño standard. No pasó de la etapa prototipo y todos los modelos existentes resultaron destruidos.
este es un ZAZ 965 de 1960. A simple vista se ve como la versión rusa de un Fiat 600 – y aunque la URSS tenía estrechos contactos con la Fiat, el ZAZ 965 es un auto completamente original, inspirado simplemente en la estética de los compactos de la firma de Turín -. Se fabricó de 1960 a 1969, y se produjeron 322.116 unidades, lo cual lo sitúa entre los microcars mas exitosos.
un SFM Smyk de 1957. Este bizarro microcar polaco sólo permitía el acceso volcando el frente del coche, la cual era la única puerta incluso para llegar a los asientos traseros (había que reclinar el asiento del conductor). Con un motor de 349 cm3, sólo se produjeron 20 unidades de prueba, prefiriendo los ejecutivos de la automotriz polaca algo mas standard, lo que daría lugar al…
… Mikrus MR-300. Con un motor de apenas 296 cc, el MR-300 se transformó en un favorito del público, lástima que lo que atentaba contra su popularización era su elevado precio – en la espartana economía de la Polonia comunista de 1957 costaba el equivalente de 50 salarios mínimos -. Se fabricaría hasta 1960.
este simpático auto de juguete es un BAW Spatz de 1956. El diseño original era frágil y peligroso, pero su creador Harald Friedrich decidió pedir consejo al mítico Hans Ledwinka – otrora ingeniero de Tatra y autor de algunos de los autos mas revolucionarios de la marca -, quien le introdujo cambios que le brindaron seguridad y fiabilidad a costa de hacerlo pesado y lento. El BAW Spatz no dejaría de ser una rareza – su motor era de apenas 250 cc – y no pasaría de las 1.588 unidades producidas entre 1956 y 1958.
el Trippel SK 10 era un prototipo de microcar presentado por la alemana Protek Gesellschaft für Industrieentwicklungen en 1950. Se veía como una versión miniaturizada de un Tatra, y estaba dotado de un motor de 597 cc. Sólo se producirían 3 vehiculos, pero la Protek insistiría con un sucesor – el SK 10 TE 107 – el cual tendría algo mas de éxito en 1951 – 1952, fabricando (de manera artesanal) 20 unidades.