Autos Argentinos: Historia del Tanque Argentino Mediano (TAM)

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Autos Argentinos: Historia del Tanque Argentino Mediano (TAM)

Por Alejandro Franco – contáctenos

Cuando decidimos crear este portal, quisimos convertirnos en narradores de historias. No nos abocamos tanto a los detalles técnicos o mecánicos de los coches que reseñamos, sino que nos dedicamos a los detalles novelescos de su origen. Gente que tuvo que esconder los planos de algún prototipo durante la Segunda Guerra Mundial, o vehículos que salvaron a la empresa de la quiebra justo en la hora 25, o tramas complicadas que involucran corrupción, secuestros y mezquindades de todo tipo. En la mayoría de los casos estas historias culminan con un final feliz – el tenaz ingeniero logra imponer (y salvar) su idea, y el producto obtenido se convierte en un vehículo legendario de la historia del automóvil -, y en otros casos los finales son preanunciados y terminan con rotundos fracasos, o en escandalosas cancelaciones de proyectos que tenían un potencial enorme.

En el caso de la industria argentina del automóvil, la mayoría de los casos reseñados entran en la última categoría. Desde soñadores hasta estafadores, el grueso de los casos que hacen a la historia criolla se compone de fracasos, cierres y prototipos aislados que no pasaron de ser rarezas construidas a pulmón. En el fondo no son mas que estertores del hilo principal de la historia del país, el cual se ha caracterizado por golpes, gobiernos volátiles, dictaduras prepotentes, y una esquizofrenia generalizada en donde cada gobierno – sin importar el signo político o si se trataba de autoridades democráticas o de facto – se dedicó a arrasar lo que había erigido el gobierno anterior, sin analizar la lógica del proyecto o sus potenciales beneficios. Es un proceso serial de desmantelamiento y achicamiento, en donde unas pocas decisiones acertadas (y duraderas) no han podido compensar todo el daño causado a la industria nacional.

Lamentablemente todo esto es mas un proceso guiado por las ideologías y las corruptas aspiraciones personales, mas que decisiones tomadas en base de la lógica y de las necesidades nacionales. La historia argentina desborda de megaproyectos abortados por exceso de ambición, de corrupción o de odio hacia el gestor del mismo, trazando un sendero marcado por la inestabilidad.

El caso que ahora nos ocupa es el de un fuera de serie. No es un auto pero es un vehículo de fabricación nacional. En su momento era un vehículo realmente destacado para su segmento, en donde sus defectos terminaban siendo compensados por sus virtudes. Pero mas allá de la calidad final del mismo, se trataba de un emprendimiento nacional, el cual podía marcar el terreno para el desarrollo de una incipiente industria criolla, la cual podría haber derivado en una jugosa fuente de ingresos para nuestro país.

Esta, señores, es la historia del Tanque Argentino Mediano; o TAM, como se lo conoce por sus siglas.

Desarrollando un tanque para nuestras pampas

Los origenes de los vehículos blindados se remontan a la Primera Guerra Mundial. Durante el conflicto – caracterizado por la estática guerra de trincheras – pronto quedó en evidencia que era necesario disponer de una fuerza blindada capaz de romper los cercos apertrechados de las filas enemigas. El Mark I británico fue el primer tanque moderno y apareció en escena en 1915, alterando para siempre las reglas del juego. El industrialismo militar había llegado para quedarse y pronto una nueva generación de vehículos nunca antes vistos – aviones, tanques, submarinos – comenzaron a tener una participación estelar en la guerra, forzando la generación de nuevas estrategias y marcando el terreno entre las potencias militares y los ejércitos pasados de moda.

Habiendo visto la eficiencia de los tanques en batalla, todos los ejércitos del mundo comenzaron a formar sus propias divisiones blindadas. La Argentina entraría tarde en la carrera – recién a mediados de la década del 30 -, cuando se decantaron por la adquisición de 160 tanques checoslovacos THNP-38. Lamentablemente la compra resultó abortada debido a la invasión alemana a Checoslovaquia – los cuales reciclarían dichos tanques y los convertirían en el Panzer 38t, el cual tendría un papel activo al inicio de la Segunda Guerra Mundial -. Para finales de la década la fuerza blindada que disponía el ejército argentino era mínima y anticuada, compuesta de un puñado de tanques Vickers Carden Lloyd de 1934 y media docena de Crossley de 1924. Era obvio que, para el tamaño del país y la extensión de las fronteras, Argentina requería una fuerza blindada mas poderosa, moderna y nutrida.

Panzer 38t

un Panzer 38t, el cual es una versión reciclada por los alemanes del tanque checo THNP-38; 160 de estos tanques deberían haber conformado la primera fuerza blindada de Argentina, pero el pedido fue cancelado (y absorbido) por los Nazis cuando éstos invadieron Checoslovaquia a finales de los años 30

El estallido de la Segunda Guerra Mundial puso a la Argentina en aprietos, ya que no había industrias ni mercados dispuestos a venderle blindados ya que la mayoría de las potencias industriales del globo estaban abocados al conflicto y no podían desviar recursos. Es por ello que surgió la idea de crear un blindado nacional, lo cual culminaría en la construcción del Nahuel DL-43 un tanque mediano con cañón de 75 mm, y claramente inspirado en el Sherman M4 norteamericano, aunque incorporaba algunas mejoras respecto a éste en materia de diseño y blindaje -. Salido de fábrica en 1944, sólo se completaron 12 unidades antes de detener la producción del mismo en 1945. El fin de la Segunda Guerra Mundial derivó en una sobreabundancia de pertrechos de guerra en Europa y Estados Unidos, los cuales terminaron siendo vendidos por los aliados a precios bajísimos, y quienes llegaron a aceptar granos en parte de pago. El Nahuel DL-43 sería descartado y reemplazado por el Sherman M4, abortando el primer intento de desarrollo de un blindado auténticamente nacional (y resultando premonitorio para el destino de una gran cantidad de proyectos futuros de la industria militar argentina, los que van desde el jet Pulqui hasta el misil Condor II).

Durante los siguientes 20 años Argentina iría acumulando blindados descartados por el ejército norteamericano, creando una fuerza compuesta por Shermans M4 y Shermans Firefly (una versión británica con cañón potenciado). Pronto quedó en evidencia que eran blindados desfasados, y que resultaba necesario adquirir tanques mas modernos, veloces y efectivos en combate. La mirada fue puesta en el mercado europeo, lo cual culminó en la compra de 120 unidades de AMX 13 franceses; el suceso terminaría generando ruido en las relaciones de nuestro país con los Estados Unidos, ya que éstos habian remitido una gran variedad de blindados (desde el M41 Walker Bulldog hasta el M60 A1) para que el ejército argentino considerara incorporarlos… algo que daban por descontado hasta que se enteraron de las novedades procedentes de Europa.

tanque argentino Nahuel DL-43

el Nahuel DL-43 era un diseño criollo que tomaba muchas ideas del Sherman M4 norteamericano – por lejos el tanque mas extendido de la época – y las mejoraba en algunos aspectos; lástima que el final de la segunda guerra – que generó sobreabundancia de pertrechos militares – atentó contra sus posibilidades futuras de desarrollo, derivando en tan sólo 12 unidades producidas

Sin embargo el AMX 13 no dio el resultado esperado. La Argentina es un país extenso, caracterizado por una gran variedad de climas y condiciones de infraestructura que no siempre son las ideales. Considerando estos factores – y la dispersión de objetivos a defender en caso de agresión externa – es que resultaba necesario un blindado rápido, con buena potencia de fuego, gran autonomía y peso limitado, ya que las autopistas y los puentes de nuestro país eran incapaces de resistir el paso de un tanque de mas de 50 o 60 toneladas. Es por ello que, a mediados de la década del 60, se arma el proyecto del Tanque Argentino Mediano (TAM), el cual derivaría en la primera unidad efectiva surgida de fábrica en 1979.

Nace el TAM

Durante 10 años el ejército argentino comenzó a realizar pruebas y recopilar datos, armando un listado de las cualidades que debería tener el tanque a construir. En 1974 el gobierno argentino firmó un tratado con el consorcio alemán Thyssen – Henschel, el cual le proveería tecnología y logística para la construcción del blindado. La gente de Thyssen – Henschel partió de la base del Marderun vehículo de combate de infantería que habían diseñado para el ejército alemán -, le introdujeron mejoras en el blindaje, rediseñaron parte de su estructura y le incorporaron una torreta de tanque con cañón de 105 mm. El resultado final fue el TH-301, un prototipo del cual llegaron al país tres unidades entre 1976 y 1977.

Ciertamente el TH-301 era un vehículo veloz e inusual para la época. Apenas llegaba a las 30 toneladas, tenía un cañón potente y superaba los 75 kilómetros por hora, lo que lo convirtió en su momento en uno de los tanques mas rápidos del planeta. La cabina estaba empotrada en la parte trasera del vehículo mientras que el motor iba adelante y a la derecha – un detalle que le daba protección extra a la dotación en caso de un impacto delantero al vehículo -, ubicando al conductor del lado izquierdo. Poseía una autonomía de 550 kilómetros (940 km si se lo utilizaba con los tanques auxiliares), y tenía un notable desempeño en todo tipo de climas, sea en la cordillera a 15 grados bajo cero, en la selva con 38 grados, o en la montaña a 4.500 metros sobre nivel del mar.

Inmediatamente comenzaron las modificaciones sobre el TH-301. Thyseen – Henschel comenzó la transferencia de tecnología, instruyendo métodos de fabricación, control de calidad y mantenimiento. Un cuarto TH-301 fue construido en Argentina para 1978. A los prototipos le introdujeron cerca de 1.500 cambios, especificaciones solicitadas por el ejército argentino para depurar y optimizar el tanque, y adecuarlo a sus necesidades. Y, en 1979, salió la primera unidad de la fábrica TAMSE (Tanque Argentino Mediano Sociedad del Estado), montada al único fin de construir los TAMs y sus diversas variantes.

El ocaso de un proyecto con potencial

En el momento en que salió, el TAM era un orgullo de la industria argentina. Comparado con otros tanques presentes en ejércitos de la región – como los M41, o los AMX-30B que poseía Brasil y Chile respectivamente -, su desempeño y efectividad era superior.

Desde ya, no era un tanque para cualquiera. Las especificaciones dadas por el ejército argentino para adaptarlo a nuestro territorio derivaban en deficiencias comparativas como, por ejemplo, poseer un blindaje demasiado liviano – capaz de soportar impactos de obuses de hasta 40 mm, lo cual es un calibre bajo -. Por otra parte la mayoría de sus componentes derivaban de tecnología extranjera licenciada, lo cual se convirtió en un serio impedimento a la hora de intentar ubicar el tanque en mercados internacionales ya que dichos proveedores tenían voz y votos a la hora de decidir la concreción de una determinada oferta. Y la gran macana era que, para principios de los 80, el TAM poseía una interesante galería de modelos – tanque, obús autopropulsado, tanqueta de transporte de infantería, etc, e incluso se llegaría mas adelante a diseñar una lanzadera de cohetes -, lo cual lo hacía mas que apetecible para países del tercer mundo deseosos de poseer una flotilla de blindados moderna y económica.

Los pedidos de TAM se fueron acumulando, pero jamás se pudo concretar venta alguna al exterior. Perú encargó cerca de 50 TAMs pero anuló la venta por cuestiones presupuestarias; Irán evaluó el tanque y estuvo a punto de encargar 1.000 unidades pero la gente de Thyssen – Henschel (y otros contratistas germanos vinculados a la industria del armamento) vetaron la posibilidad del acuerdo – posiblemente para no ganarse la enemistad de los Estados Unidos -. El pedido de Panamá se cayó junto con el derrocamiento del general Noriega. Incluso en varios países arabes se evaluó al TAM como tanque complementario, pero Norteamérica terminaría interfiriendo en las negociaciones, ya que ellos eran los proveedores principales de la región y querían la exclusividad.

Si la falta de tecnología autóctona – y la injerencia de los proveedores externos y de las potencias extranjeras – atentaba contra el éxito del TAM, el otro factor sería el desmanejo del gobierno de turno en el presupuesto militar. Entre finales de los 80 y mediados de los 90 se vivió un auténtico proceso de desmantelamiento de las fuerzas armadas, en especial en los proyectos de alta tecnología (y los cuales poseían un enorme potencial económico). Por un lado, la corrupción y los errores de criterio decantaron en una disminución de los fondos presupuestarios destinados a mantener y expandir la fuerza, derivando ese dinero a otros destinos mas espúreos (o, directamente, hacia el bolsillo de los políticos gobernantes); y, por otro lado, se plantó la firme creencia de que las fuerzas armadas serían mucho mas dóciles ante el mandato democrático si permanecían en un estado de desguase y abandono (un proceso que, lamentablemente, continúa hasta el día de hoy).

Obús autopropulsado TAM VCA Palmaria

una de las variantes mas impresionantes del Tanque Argentino Mediano: el TAM VCA, el cual es un obús de artillería autopropulsado con cañón de 155 milímetros y cuyos proyectiles tienen un alcance de hasta 25 km

Democratizar las fuerzas armadas no significa desarmarlas. Después de la Segunda Guerra Mundial los alemanes comenzaron un lento y largo proceso de democratización, lo cual derivó en la construcción de uno de los ejércitos mas eficientes y poderosos del mundo, a la vez que se plegaron y respetaron el orden democrático en el que vivían. Aquí las fuerzas armadas han visto poco y nada de combate a lo largo del siglo XX – a no ser que se cuente la disparatada aventura militar de Malvinas, o las revueltas golpistas contra los gobiernos de turno, las que culminaron con grandes cantidades de bajas civiles – pero, de allí a desintegrarlas, hay una gran distancia y un serio error de criterio. Siempre se necesita un fuerza terrestre, aérea y naval fuerte para mantener el orden y custodiar las fronteras – preservándonos del flagelo moderno implementado por el narcotráfico y el contrabando -. Que hoy las fuerzas armadas se caigan a pedazos y éstas deban canibalizar sus vehículos y naves para mantenerse mínimamente operativas, habla a las claras del descuido, la falta de voluntad y la mentalidad equivocada que ha subsistido en los gobiernos de turno, de 20 años a esta parte. Argentina no puede ser Suiza – un país desmilitarizado que posee una guardia nacional como fuerza única para mantener el orden y vigilar sus fronteras – ya que posee una extensión de territorio enorme y el mismo debe ser vigilado, amén de que los países que la rodean poseen ejércitos modernos y en pleno estado operativo. Las hipótesis de guerra son escasas y poco probables – ¿Chile?; ¿Brasil?; ¿Una nueva incursión en las Malvinas? – pero, si se llegaran a dar – por el cambio de signo político de algún vecino, o la mala decisión de algún gobierno, sea propio o extranjero -, ¿cúanto demoraría la Argentina en estar preparada y dar, por lo menos, una pelea digna?. ¿Meses, años?.

TAMSE fue desguasada en 1994, y lo que siguió fué el lento y artesanal mantenimiento de los 321 TAM (entre todas sus variantes) que componen la fuerza blindada del ejército argentino – amén de 120 AMX 13, algunos SK 105, y un puñado de esos engendros llamados Patagón, armados con el carro de los SK 105 y la torreta de los AMX 13, de los cuales se construyeron apenas 4 -. Se han hecho campañas de modernización – para mejorar sus sistemas de tiro, para implementar GPS y otros sistemas informáticos de última generación -, pero no existe ni por asomo otro proyecto de envergadura similar al TAM para construir algo parecido, o siquiera el intento de sustituirlo por algún similar. mucho mas moderno y de fabricación extranjera.

El TAM es otro de los tantos sucesos que figuran en la larga lista de fracasos y frustraciones que componen la historia de la industria argentina. En absoluto un mal vehículo, pero boicoteado por aquellos que deberían haberlo impulsado, y clausurado en su momento de mayor esplendor por una cuestión de corrupción y mezquindad, factores contra los cuales ni el mejor de los proyectos podría haber triunfado.

TAM en acción

una vista del TAM en acción